El Capitalismo es el mayor agravante de los fenómenos meteorológicos extremos

Comunicado de la Confederación Regional de Levante de la CNT-AIT:

Estamos horrorizados por el nivel de muerte y destrucción que ha dejado en el levante central la DANA del pasado martes 29 de octubre. Transmitimos nuestras condolencias a toda/os los familiares y amiga/os de las personas fallecidas; esperamos la pronta recuperación de todas las zonas afectadas y exigimos una adecuada mejora ante la realidad climática. Desde algunos de nuestros Sindicatos estamos colaborando con la recogida de enseres básicos para poder hacerlos llegar lo más pronto posible a las zonas afectadas en estos días. La solidaridad, el apoyo mutuo y la autogestión que surgen espontáneamente de estos desastres, apuntan, a que la naturaleza humana no tiene una raíz egoísta como nos quiere hacer creer el arraigo de la cultura capitalista imperante.

No compartimos, sin embargo, la frase recurrente en estos momentos de «volver a la normalidad», porque al igual que en otras crisis, señalamos que la llamada «normalidad» es el problema.

La propia situación climática vivida es en gran parte consecuencia directa de nuestra actividad económica mundial, el calentamiento global provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero necesarias para mantener la producción y el consumo capitalistas, están generando un rápido cambio climático, que aumentan tanto la cantidad como la fuerza de estos fenómenos extremos. Es un hecho contrastado científicamente, pero marginado activamente por la política profesional que sabe que, si lo aborda consecuentemente, pondría en riesgo el consagrado crecimiento económico, del que dependen tanto las élites económicas como los Estados y sus estructuras de poder. El eufemismo del «desarrollo sostenible» que promueve la socialdemocracia y los liberales, no busca la reducción del crecimiento que es la única fórmula eficiente para la reducción de emisiones y residuos -aunque ya vamos tarde-, sino seguir con el crecimiento capitalista bajo el bien visto color «verde», pero con la misma estructura explotadora y contaminante, solo que cambiando de forma de producción o exportando las consecuencias ponzoñosas a otros territorios.

La sociedad tampoco ve como prioritario este problema, observando tanto sus tendencias políticas como las corrientes de opinión más o menos populares, se demuestra que la mayoría de la sociedad es ajena o minimiza el problema. Es evidente la influencia social de los medios de comunicación generalistas -y capitalistas-, que ocultan, confunden o tergiversan la realidad, en favor de la continuidad del sistema dominante, en esta y en otras crisis. La influencia particular de las Redes Sociales en los últimos tiempos también es un elemento alienador de primer orden, ya que su dinámica ha consagrado la opinión sobre la argumentación, un terreno abonado para los charlatanes de distinto pelo que han hecho populares las teorías más absurdas y dañinas, encumbrando tanto política como socialmente a un montón de miserables con sus ocurrencias reaccionarias, algo que al poder capitalista básico le va bien: mantenernos en la ignorancia por exceso o por defecto de información ayuda a limitar la generación de conciencia. Sin ninguna duda, estar a merced de los medios de comunicación clásicos o en red, aleja a las personas de la realidad objetiva, que es aquella que otorga el contacto e interacción con lo más cercano y vivencial, con vecinas y vecinos, con compañera/os de trabajo o la participación en colectivos sociales, laborales o medioambientales asamblearios y de clase… Donde se contrastan y abordan problemas que son comunes a la clase social y al lugar donde se vive, no cultivar estas posibilidades es abandonarse a la vulnerabilidad intelectual que permite la manipulación.

La mayor anormalidad de la normalidad oficial, es la que atañe a la procedencia social de las y los damnificados, en esta crisis y en todas, la clase trabajadora, con o sin trabajo, empleada o jubilada, es el grupo social más afectado en estos desastres siempre. Lo es en primer término porque somos la gran mayoría, pero también porque el acceso a la vivienda en nuestro caso, nos conducen a lugares más expuestos y precarios históricamente, donde las administraciones han permitido directamente un urbanismo kamikaze, acelerado y expansivo sobre terrenos más económicos precisamente por diferentes tipos de riesgo, algo que no sucede en las zonas urbanizadas de las clases capitalistas. Sólo hay que mirar las zonas de mayor y menor renta en las ciudades y se puede comprobar que las zonas altas, en este caso, corresponden a las de mayor renta. La presión urbanística desde el desarrollismo empujada por la patronal constructora y la banca en las últimas décadas, crearon una dinámica administrativa que favorecía la promoción a gran escala. La liberalización del suelo por ley en los noventa dio el empujón definitivo para facilitar la construcción casi en cualquier parte, la búsqueda de la recalificación abrió la puerta a más especulación y corrupción, sobre todo en la región levantina donde el espacio más acto no solo se dejó para los ricos, también para el turismo. Se ignoraron riesgos como el de inundaciones en muchísimos lugares a base de costosísimas obras publicas de reconducción de aguas que acercaban las viviendas a las mismas ramblas; en la mayoría de los casos, se limitó drásticamente la expansión lenta y natural del agua encajonándola y aumentando su velocidad y por tanto su fuerza. Aunque estos elementos de conducción fueron planificados con altos márgenes de capacidad, están siendo superados por la realidad climática con dramáticas consecuencias y quienes viven en esos espacios ganados al agua son las clases obreras.

La principal vulnerabilidad de la clase trabajadora es la coacción universal que el capitalismo ejerce sobre ella, es decir, la obligación de tener que vender nuestra fuerza de trabajo para poder vivir, y en estos días se ha convertido en una trampa más en el desastre que estamos analizando. Hemos visto como las empresas -ya con el tardío aviso de protección civil- no dejaban salir a sus trabajadore/as de los centros de trabajo, o seguían obligándolos a repartir, o les hacían venir para seguir cubriendo los turnos en pleno caos. No hay ninguna sorpresa en el proceder de la producción capitalista, somos números y resultados para ellos, la explotación cotidiana, la siniestralidad laboral o la condena al paro lo corroboran mes tras mes…

No es posible apelar a la buena voluntad de las patronales, su naturaleza es la de la búsqueda del beneficio y este, se consigue exprimiendo el tiempo y la fuerza de trabajo de las y los empleados. Las regulaciones menos prácticas son papel mojado por su ambigüedad incluso ante el ejecutivo, solo hay que ver al propio ministerio de trabajo pidiendo -y no obligando- a que los patrones cumplan con la ley de riesgos laborales en la parte que indica evitar situaciones de riesgo para los trabajadores, y una alerta roja meteorológica lo es (solo algunos centros de trabajo de base pública -y científica-, como la Universidad de Valencia si reaccionaron con tiempo enviando a sus casas a sus trabajadores/as con cinco horas de adelanto evitando situaciones de riesgo).

Frente a esta lógica habitual y que se hace patente en situaciones como la vivida, la clase obrera muy poco organizada y cohesionada, depende casi en su totalidad de un sistema de representación sindical a la que les importa poco el bienestar obrero en su conjunto. Los comités de empresa compuestos por los sindicatos de estado más y menos numerosos, no han reaccionado en ningún momento, alejados como es habitual, de la realidad laboral y social que rodea el mundo del trabajo, los privilegios dentro de la clase obrera se consiguen no molestando a los patrones. Como proletarios nos falta mucho para llegar a asumir la responsabilidad de autoorganizarnos en cada empresa, en cada centro de trabajo, para contrarrestar el poder empresarial de forma directa. Llegar a manejar desde las asambleas de trabajadore/as la producción o servicios debería ser el objetivo, esta posibilidad evitaría muchos de los ataques que sufrimos como clase trabajadora, y también facilitaría una respuesta segura, justa y contundente para quienes trabajamos en situaciones de crisis o emergencias.

El Estado y sus subestados regionales, tienen como primer cometido mantener el orden establecido, y este orden no es otro que el del privilegio de la élite que se consigue a través del capitalismo y la inviolabilidad de la propiedad privada. Ese es su sentido de existencia y la autoridad es su herramienta; el Estado no está para rescatarnos en primera instancia, no es que sea negligente, es que responde a otra lógica primordial donde el auxilio al Pueblo es secundario, los espacios de socorro que engloban son creaciones complementarias y no prioritarias para legitimar su existencia ante la opinión pública en democracia. Por ello, frente a la catástrofe, lo primero que hace es mantener el orden establecido ante la necesidad de un pueblo que lo ha perdido todo y necesita salir adelante. El Estado bajo sus cuerpos y fuerzas de seguridad detienen a cualquier persona que viole la consagrada propiedad privada, mientras faltan manos y medios en todos sitios, este elemento corrector no falta desde el primer momento. Los llaman saqueos o pillajes para criminalizar lo que es una necesidad en situaciones excepcionales, los medios se hacen eco de estas cuestiones casi anecdóticas para dar la sensación de peligro social y justificar una durísima represión contra las víctimas. Ahora incluso grupos reaccionarios se suman a esta falsa alarma social, para pescar en la visceralidad de estos días, organizando patrullas de base paramilitar que recorren las calles defendiendo mercancías, aseguradas de antemano, y que podrían servir para paliar graves situaciones. Defender la propiedad privada no es ayudar al pueblo, es ayudar al capitalismo, la expropiación social de la propiedad es un derecho cuando se nos niega la subsistencia como conjunto social.

La segunda reacción del Estado frente al vacío gestor estructural y la consiguiente organización social espontánea, es la de desplegar un gran número de fuerzas del orden, no tanto para paliar o ayudar, como para controlar las reacciones de malestar que surgen ante el desmoronamiento cultural de las creencias sociales establecidas.

La Generalitat de Valencia, uno de esos subestados competentes para normativizar nuestras vidas, y gestionar y responder ante los posibles riesgos dentro de la estructura estatal ejecutiva, minimizó la amenaza alertada científicamente con 10h de antelación hasta que fue demasiado tarde. Además de la incompetencia homicida de sus responsables, cargos bien remunerados y con gran poder -a los que deberíamos defenestrar de inmediato…- añadimos, que como apuntamos a lo largo del escrito, no es solo una cuestión negligente por parte de personas concretas. La cadena de «fallos» es un hecho estructural inherente al capitalismo y su ordenación bajo la regulación del parlamentarismo delegatorio en todos sitios, pero es concretamente en la región levantina, donde la facilidad dada desde la administración a la expansión capitalista ha generado un buen número de desastres fundamentalmente relacionados con el urbanismo y la construcción (metro de Valencia, incendio edificio Valencia, pantano de Tous…) el sector más ensalzado por la propia administración como fórmula de desarrollo, que finalmente y como podemos comprobar por desgracia en estos días ha tenido mucho que ver con el nivel de destrucción y mortalidad como apuntamos más arriba.

El otro punto a destacar del comportamiento de la administración ejecutiva electa es el que tiene que ver con detener la producción y consumo capitalista ante las alertas, una posibilidad que salva vidas y que no se usa. Parece que mantener la «normalidad» exige cierto riesgo, el principio de precaución no es aplicable en el capitalismo ni para velar por el bienestar de las y los trabajadores, ni para el logro y consecución de los propios productos finales (toxicidad, contaminante, etc.) ¿cómo puede existir aun la creencia social de que el Estado y sus hermanos pequeños velan por el pueblo?… Tras el paso de las semanas, meses y años volveremos a ver, como en otros desastres, cómo las autoridades jerárquicas intentarán eludir sus responsabilidades hacia sus subalternos, resistirse a sus obligaciones subsidiarias, o que las aseguradoras rebajen, obstaculicen o retrasen las indemnizaciones en pleno duelo… porque al principio capital y Estado llevan la máscara puesta, pero cuando se enfrían las emociones, lo que importa en el capitalismo es el balance económico y político.

Finalmente, vemos reflejadas en innumerables imágenes las «barricadas» que la naturaleza ha levantado en las calles con todos los enseres, propiedades y basuras que el consumismo genera, como si de una revolución se tratase. La naturaleza levanta estos muros hechos de las consecuencias de una sociedad que acumula objetos y bienes sin un sentido de necesidad vital, y que finalmente han contribuido a empeorar la situación con los taponamientos que han generado. El coche, ese símbolo del individualismo y del capitalismo del consumo, se convierte nuevamente en trampa -como ocurre con el efecto de sus emisiones o accidentes-.

Una movilidad mayoritariamente colectiva y no individual, paliaría grandes problemas generales, y también particulares. El Mediterráneo, ese mar vertedero, recibe ahora toda la ponzoña que nuestra sociedad produce, material y también mentalmente…

En nuestras manos, mentes y cuerpos, las de todas las clases populares esta replantearse qué es «la normalidad» realmente, y desde el estremecimiento que provoca este planteamiento en las conciencias, resurgir como humanos justos y libres, sin miedo a desobedecer para buscar entre toda/os aquello/as a quien el privilegio no ha contaminado la emancipación social del capitalismo.

Organización sin jerarquías ni autoridad, solidaridad y apoyo mutuo, asamblea y acción directa, desde la calle, el centro de trabajo, el barrio hasta el mundo entero.

Confederación Regional de Levante de la CNT-AIT

Campaña frente a la limpieza étnica y colonización del estado de Israel en Palestina

Web de origen https://palestina.figueres.social/

Se cumplen 75 años de guerra abierta por la disputa de territorios en Palestina, en la que el estado de Israel nace militarmente en la costa de Palestina para conquistar tierras, hacer limpieza étnica de otros pueblos semitas y colonizar con sus ciudadanos supremacistas.

En esta lenta usurpación se priva a los palestinos de sus derechos sobre las tierras, sobre la economía, sobre la vivienda y sobre el agua, abocando a poblaciones enteras a subsistir por caridad.

Este año 2023, después de los disturbios en abril por la mezquita de Al-Aqsa, los bombardeos en mayo sobre Gaza y la masacre contra asentamientos israelíes a principios de octubre, el estado de Israel ha emprendido la destrucción de las ciudades de la franja de Gaza, en Palestina.

Con las armas suministradas por los Estados Unidos de América y varios estados europeos, incluyendo España, el ejército de Israel está eliminando las viviendas de cerca de 2 millones de habitantes palestinos en Gaza, y somete a un bloqueo de agua, comida y energía a todas las personas por su condición de palestinas.

Las familias mueren por las bombas, por falta de salud y pronto por falta de alimento. Los estados europeos, públicamente dicen apoyar a la población despojada de todos sus medios, mientras consienten el asedio, trafican con las armas y abren los brazos al dinero y a las empresas de Israel.

  • Basta de falsos discursos políticos.
  • Basta de favores y armas.
  • Basta de robos y matanzas.
  • Que vivan todas las personas, y que vivan de forma justa y en paz.

Ayúdanos para ayudar a la humanidad.

Este viernes 27 de octubre de 2023 nos concentramos en la plaza Catalunya de Figueres:
A las 19:00h, sin banderas distintas.

Solidaridad muy urgente por el terremoto

La noche de viernes a sábado hubo un terremoto que causó importantes daños en viviendas y gran número de víctimas, en el Oeste de la cordillera del Atlas. Más información del desastre.

En Figueres también la gente organiza el envío de ayuda para quienes se quedaron sin techo.

Lo que más nos cuesta encontrar es tiendas de acampada y voluntariado para organizar el material recogido. Hace falta ropa de invierno y más cosas.


Lugar: Royal Palace de Figueres (detrás de los cines)
Contacto: 631 061 924

Tesis sobre la guerra en Ucrania: Desde ASI-IWA (Serbia)

Fuente en inglés: Balkan Anarchist Bookfair 2023

Sobre la guerra y el antimilitarismo

La guerra siempre ha sido uno de los atributos esenciales de todos los sistemas autoritarios a lo largo de la historia, ya que ahora es uno de los principales sellos distintivos del sistema capitalista global de última etapa que estamos sufriendo.

Como todes les revolucionaries han sido conscientes de que la guerra es la salud del Estado, y una herramienta importante de la clase dominante para mantener su poder, el antimilitarismo se considera con razón como uno de los principios anarquistas básicos. Principio que llevó a la represión, sufrimiento, encarcelamientos y persecución de muches de nuestres compañeres durante la historia de nuestro movimiento. Nunca debemos olvidar esto.

Sobre las experiencias recientes de la (¿olvidada?) guerra en los Balcanes

Algunos de nosotros, anarquistas de la región ex-yugoslava de la península de los Balcanes, que tenemos la mala suerte de haber vivido y recordamos las guerras yugoslavas de la década de 1990, hemos sido testigos directos de la guerra civil, el derramamiento de sangre nacionalista, la agresión imperialista, las sanciones, el movimiento contra la guerra, revolución de color, transición brutal al capitalismo neoliberal, empobrecimiento masivo de la clase obrera, retradicionalización y descenso general del nivel de civilización en nuestras sociedades y Europa del Este en su conjunto. Esta es la razón por la cual las declaraciones de los políticos de la OTAN que hablan de la guerra de Ucrania como una «primera guerra en Europa después de la Segunda Guerra Mundial», que se basan en su ceguera histórica causada por el chovinismo occidental, son absolutamente criminales y falsas.

Especialmente nosotres, les anarquistes de la República de Serbia, además de las cosas mencionadas anteriormente, tuvimos una experiencia de la guerra de poder durante la guerra civil yugoslava. Slobodan Milošević, líder de Serbia (República Federal de Yugoslavia), que no participó oficialmente en la guerra de Bosnia y Croacia, estuvo armando, entrenando, organizando y dirigiendo las fuerzas serbias en esos lugares.

Todas estas experiencias nos brindan una visión importante de la naturaleza de la guerra de Ucrania, que podría eludir a algunes de nuestres compañeres en Occidente. Por lo tanto, vemos como nuestra obligación centrar la atención de les compañeres en algunos de estos elementos que consideramos importantes para la interpretación correcta de la actual guerra inter-imperialista entre la OTAN y Rusia, que se está librando en Ucrania.

Sobre la naturaleza del estado ucraniano

Todas las fuerzas policiales y ejércitos profesionales del mundo tienden a atraer a sus filas a personalidades altamente autoritarias. Este entorno es perfecto para que prosperen los fascistas y los derechistas. Aún así, la enorme presencia de fascistas en esas estructuras estatales, como es omnipresente, no define al estado como fascista o nazificado. Para un análisis científico serio de la situación, que siempre ha sido proclamada meta de la ideología anarquista, tenemos que distinguir entre las simpatías políticas de los individuos y los elementos estructurales del Estado que sí afectan la naturaleza del Estado que estamos analizando. No todos los horribles sistemas capitalistas son fascistas, y para poder mantener la seriedad de nuestros análisis necesitamos poder distinguir claramente de lo que estamos hablando.

El Estado Ucraniano, después del golpe de estado de 2014, se ha convertido en un estado nazi. Cuando hablamos de que Ucrania es un estado nazificado, no estamos hablando de que los nazis sean una fuerza política dominante allí, como lo demuestran las últimas elecciones parlamentarias en las que los nazis abiertos solo obtuvieron ganancias relativamente pequeñas. Estamos hablando de elementos estructurales que califican a Ucrania para tal disposición. Estamos hablando de batallones abiertamente neonazis del ejército ucraniano, como Azov, Aidar y similares, estamos hablando de un contrato oficial firmado entre la ciudad de Kiev y la organización neonazi C14, estamos hablando de rehabilitación masiva y reafirmación pública de criminales de guerra y colaboradores de los nazis de la Segunda Guerra Mundial, como Stepán Bandera, etc. Si bien la rehabilitación de los nazis de la Segunda Guerra Mundial no se limita a Ucrania, sino que prevalece en la mayoría de los países de Europa del Este después de la caída del comunismo estatal, especialmente en los estados bálticos, pero también en otros, en ninguna otra parte ha tomado la forma de añadido estructural, como en Ucrania.

El hecho de que Ucrania sea un estado nazificado (de nuevo, no un estado nazi), no implica de ninguna manera apoyar a Rusia, ni apoyar la mentira del estado ruso de que está liderando la guerra con la intención de «desnazificar» a Ucrania. La clase dominante de Rusia, que está liderando la guerra por sus propias razones hegemónicas, solo está usando en su propaganda algo que es cierto sobre Ucrania, y no debemos evitar decir la verdad solo porque algunos de nuestros enemigos también están hablando de eso.

Sobre la naturaleza de la guerra en Ucrania

La guerra en Ucrania es una guerra de poder inter-imperialista dirigida por la OTAN y Rusia, a expensas de la población de Ucrania.

Rusia es una potencia que, aunque tal vez no marque todas las casillas necesarias para etiquetar científicamente al estado como imperialista, sí juega un papel de potencia imperialista en este conflicto. Está dirigida por una camarilla despiadada, muy conservadora y hegemónica que pretende erigirse por la fuerza en uno de los principales actores de este mundo capitalista despiadado.

Biden y Von der Leyen son los Slobodan Milošević del siglo XXI, que lideran el lado de la OTAN en esta guerra, arman a uno de los ejércitos y organizan todo para ese lado en el conflicto. La tendencia de la OTAN a extenderse y cercar a Rusia es, sin duda, una de las principales razones inmediatas de este conflicto.

Si se coloca en un contexto histórico y se comprende que la UE se reduce en gran medida a una posición de títere de los EE.UU. en las relaciones internacionales, esta guerra puede verse como el tercer intento del imperialismo alemán en 110 años de establecer el control sobre los recursos estratégicos de Rusia a través de la guerra. Junto con la ruptura de las decisiones de desmilitarización de Alemania de la conferencia de Potsdam de 1945, esta tendencia es muy preocupante y debería alarmar fuertemente a la clase obrera y al movimiento anarquista en Europa.

La guerra no se dirige solo a través de enfrentamientos militares directos, a través de la financiación, el armamento, el entrenamiento, la organización y la dirección de los ejércitos, sino también mediante la imposición de sanciones. Como nosotres, les anarquistes de Serbia, hemos vivido durante la década de 1990 bajo un estricto régimen de sanciones, tenemos experiencia, además de una comprensión racional, que confirma que las sanciones son una guerra contra la población del país sancionado. Nunca es la clase dominante la que sufre las sanciones: en el caso de la guerra en Ucrania, Putin y sus compinches no serán quienes tendrán dificultades para obtener los medicamentos necesarios y otras necesidades, sino la clase trabajadora común. Es por eso que todos los estados que están sancionando a Rusia son parte de esta guerra, liderando la guerra en la lucha contra la población rusa. Y por eso la lucha antimilitarista debe incluir la lucha contra las sanciones.

Como con todas las guerras, esta guerra ha llevado al aumento del nacionalismo y el chovinismo. En este contexto, para nosotros como anarquistas balcánicos y europeos, es importante subrayar el racismo antirruso que prevalece en la UE, la discriminación de las personas de origen ruso (y bielorruso), la negación de su derecho a moverse, estudiar o trabajar libremente, prohibición de la cultura rusa, etc.

Sobre la respuesta de los anarquistas de todo el mundo a la guerra de Ucrania

Como en el caso de la Primera Guerra Mundial, como señaló Malatesta, muchos anarquistas se han olvidado de sus principios, ante una confrontación internacional de esta magnitud. Pero, al menos por el momento y mientras el conflicto aún no ha estallado, la mayoría del movimiento anarquista organizado todavía logra mantener posiciones -más o menos- antimilitaristas. Es de suma importancia fortalecer esta posición de cara a los acontecimientos que se avecinan.

Tenemos que recordar que nuestro papel principal como revolucionarios anarquistas, y especialmente durante los conflictos bélicos capitalistas e imperialistas, tiene que ser luchar contra nuestra propia clase dominante. Nunca debemos permitir que nuestra clase dominante nos convenza de que la clase dominante que es enemiga de nuestros propios amos debe ser el objetivo principal de nuestras actividades. En caso de guerra en Ucrania, esto significa para los anarquistas activos en los estados de la OTAN o en los países controlados por la OTAN, que nuestro objetivo principal tiene que ser el lado de la guerra de la OTAN.

Si bien muches compañeres sienten que es importante para nosotros decir que estamos en contra de ambos bandos en esta guerra, lo que sin duda es cierto, debemos recordar que no somos predicadores sino revolucionarios, y que no es lo que decimos lo que cuenta, pero lo que hacemos. Por lo tanto, además de la proclamación abstracta de que nos oponemos a ambos bandos en la guerra, tenemos que concentrar nuestras actividades prácticas en algo que no solo es políticamente correcto sino también lo único físicamente posible: luchar contra nuestra clase dominante y sus ejércitos y belicistas.

Lamentablemente, muches de les compañeres anarquistas en Occidente han caído bajo la influencia de su propaganda de la clase dominante y, algunos conscientemente y muchos inconscientemente, han comenzado a reproducir y apoyar posiciones que están objetivamente en línea con el nacionalismo ucraniano, el chovinismo occidental y el nacionalismo imperialista europeo y estadounidense.

Mientras que algunes compañeres desinformados en Occidente podrían creer en la propaganda belicista sobre un gran número de combatientes «anarquistas» y «antiautoritarios» que forman parte del lado de la OTAN en la guerra en Ucrania, nosotros, que somos activos en el movimiento anarquista en Europa del Este, desde hace décadas, sabemos a ciencia cierta que estos números son pura ficción y que, hasta la guerra, el movimiento libertario organizado en Ucrania era bastante pequeño y débil. En ese contexto, brindar armas y otros apoyos a cualquiera de los soldados en el frente no es más que participar en la guerra inter-imperialista y apoyar a uno de los bandos en conflicto, lo cual está en total oposición a nuestros principios e ideales. Nosotros, por supuesto, entendemos que, en una situación de guerra, unirse al ejército a veces puede ser solo un medio de supervivencia, pero discrepamos vehementemente de que esas actividades puedan ser etiquetadas de alguna manera como antiautoritarias y una excusa para apoyarlas como algo en lo que el movimiento anarquista se debería involucrar.

La mayoría de les compañeres no europeos mantienen una línea antimilitarista correcta con respecto a la guerra en Ucrania, pero en muchos casos esta posición se mantiene debido a la creencia errónea de que esta guerra es igual a muchas otras guerras recientes, y que es solo por eurocentrismo prevalente que está ocupando tanto el enfoque global. Si bien el eurocentrismo es un gran problema, relacionado con las relaciones estructurales en el sistema capitalista global, es importante subrayar que esta guerra no es como cualquier otra guerra en los últimos años. La guerra en Ucrania es una guerra de poder inter-imperialista liderada por la OTAN y Rusia, con un peligroso potencial y tendencia a escalar y convertirse en la Tercera Guerra Mundial o incluso en una confrontación nuclear, lo que no se puede decir de guerras como la guerra civil yugoslava, las guerras de Irak o Afganistán, etc. Por otro lado, la esperada guerra entre la OTAN (y AUKUS) y China en Taiwán tiene un potencial similar al de la guerra en Ucrania.

Sentimos que el «Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases», postura cuestionada (¡en tiempos de guerra!) por algunos que se dicen anarquistas, es la única posición aceptable desde la perspectiva de nuestra ideología anarquista, mientras que cualquier otra cosa equivaldría a belicista y al servicio de las potencias imperialistas.

Sobre la respuesta de los anarquistas balcánicos a la guerra en Ucrania

Concretamente en Serbia: en el período anterior a la guerra, Serbia afirmaba públicamente ser militarmente neutral, ya que realizó ejercicios militares conjuntos con la OTAN y Rusia en una proporción de 10:1: (10 con la OTAN en comparación con uno con Rusia). Desde que comenzó la guerra, Serbia proclamó la neutralidad en la guerra, que en realidad mantiene claramente no imponiendo sanciones a Rusia, y también proclamó la terminación de todos los ejercicios militares conjuntos con ambos bandos. Pero, justo después de un año de guerra, Serbia reinició sus ejercicios militares conjuntos, ahora solo con la OTAN, mientras que las armas y municiones producidas en Serbia se envían en grandes volúmenes al lado de la OTAN en la guerra y el territorio de Serbia se utiliza para el transporte de equipo militar a Ucrania, de nuevo al lado de la OTAN en este baño de sangre.

Los Balcanes enteros son una zona de influencia de la OTAN, y la mayoría de los estados son parte oficial de la OTAN, mientras que varios otros estados (incluida Serbia) y territorios coloniales están bajo el control abrumador de la OTAN. Por eso nuestra lucha en los Balcanes contra la guerra tiene que estar centrada en la lucha contra la OTAN y sus ejércitos.

Movimiento en Francia contra la reforma de las pensiones

¿Reforma o revolución?

Fuente: http://cnt-ait.info/2023/05/14/reforma-o-revolucion-pensiones/

Hacía mucho tiempo que un proyecto de gobierno no provocaba tanta movilización social en Francia. Tres, cuatro millones de manifestantes. es enorme Los franceses están muy enojados. Más del ochenta por ciento de los trabajadores están, según los institutos de encuestas oficiales, en contra de la reforma de sus pensiones. El ochenta por ciento significa que al menos cuarenta o cincuenta millones de personas se oponen rotundamente al aplazamiento de la edad de jubilación a los 64 años. Pero entonces, ¿dónde están? ¿Por qué no se unen a las manifestaciones? ¿Por qué no dejan clara su oposición? ¿Por qué aceptan (porque callar es aceptar) sin decir una palabra lo que consideran injusto? ¿Por qué se resignan?

Este es el tipo de preguntas que el joven (tenía 18 años) Etienne de la Boétie ya se hacía en el siglo XVI. ¿Cómo es posible, dijo, que la gente común que produce la riqueza y detenta el poder acepte ser gobernada y martirizada por tiranos? Para responder a esta pregunta, inventó el concepto de «sumisión voluntaria». La gran mayoría de los individuos aceptan su condición de dominados y esta aceptación es de su propia autoría.

Una cosa está clara: es ciertamente voluntario, pero es sobre todo consecuencia del adoctrinamiento, del condicionamiento, del embrutecimiento que sufre la gente. Desde nuestra más tierna infancia, se nos enseña a obedecer los mandatos de las Autoridades, nunca a impugnarlos.

En el siglo XVIII, los «filósofos de la Ilustración», Voltaire, Diderot, Rousseau, etc… denunciaron a los responsables de este condicionamiento: el Estado, las religiones, las tradiciones. Explicaron que era necesario luchar contra ellos y que sólo el uso de la Razón nos permitiría vencerlos. La educación racional, decían, era lo que necesitaba el pueblo para disipar las tinieblas del oscurantismo y liberarlo de las cadenas de la esclavitud.

En el siglo XIX, pensadores como Proudhon, Marx, Bakunin y muchos otros, acompañando las reflexiones del naciente movimiento obrero, diseccionaron el funcionamiento del sistema capitalista, mostraron la división de la sociedad en clases sociales antagónicas, el carácter fundamentalmente injusto y criminal de la este sistema y explicó que sólo la acción colectiva de los explotados podría superarlo. A partir de mediados de siglo, los trabajadores comenzaron a organizarse y estos esfuerzos dieron como resultado la creación por parte de trabajadores de diferentes nacionalidades de la Primera Internacional con la consigna unánimemente aceptada: “la emancipación de los trabajadores será tarea de los trabajadores mismos”. Esta consigna resume perfectamente el programa de la Primera Internacional: emanciparse es, por supuesto, destruir el sistema económico y social existente, abolir la división de la sociedad en clases sociales antagónicas y la explotación del hombre por el hombre; pero también es educarse, cultivar la propia cultura, desarrollar la propia identidad, desarrollar un espíritu racional entre los trabajadores, hacerlos conscientes. Los iniciadores de la Internacional creían que una revolución social, la abolición del Estado y de la explotación capitalista, requería que la gran masa de trabajadores fuera ilustrada, clarividente y comprometida en consecuencia.

Este es el tipo de preguntas que el joven (tenía 18 años) Etienne de la Boétie ya se hacía en el siglo XVI. ¿Cómo es posible, dijo, que la gente común que produce la riqueza y detenta el poder acepte ser gobernada y martirizada por tiranos? Para responder a esta pregunta, inventó el concepto de «sumisión voluntaria». La gran mayoría de los individuos aceptan su condición de dominados y esta aceptación es de su propia autoría.

Lo terrible es que la historia se repite: lo que estamos viviendo, ya lo hemos vivido muchas veces antes. Las cosas están claras, sin embargo, mientras la gente opte por ceder a uno o unos pocos individuos el poder ilimitado de decidir lo que es bueno para ellos, así será. Macron es un traidor, por supuesto, pero el sistema de democracia representativa que le permitió llegar al poder, que hizo que todo un pueblo le abandonara en confianza el dominio de su destino, este sistema representativo es aún más infame. Ante todos los peligros que nos amenazan, es urgente acabar con este sistema y sustituirlo por una verdadera democracia, la democracia directa. Pero para que esto suceda, una parte importante de la población primero debe ser consciente de que una revolución social es deseable, que es posible, y por lo tanto comprometerse a prepararla. Este formidable trabajo de concientización es la finalidad del anarcosindicalismo.

Unos militantes de la CNT-AIT Francia

Recuperemos el 8 de marzo como Día de la Mujer Trabajadora

Otro año más llega el 8 de Marzo, fecha que van vaciando de contenido, despojando de toda lucha de clase y de todo origen, institucionalizándola. Lo que comenzó siendo un día de conmemoración por la lucha de las mujeres obreras, se ha convertido en un día festivo por ser mujer, carente de sentido y sin ningún objetivo de lucha emancipadora.

Este feminismo «bonito» que nos vende, que por ser mujer nos deben de felicitar con un buen ramo de flores, convirtiendo esta fecha en un día comercial más, cuando a sabiendas de todas y todos hay compañeras a las que explotan precisamente en este sistema de consumo. Con el 8 M Institucional (el que solo vemos, porque ya se ocuparan sus medios de que no nos llegue otra alternativa), fecha en la que el Estado de forma tradicionalista hace de padre con nosotras diciéndonos que está bien o mal y como debe ser nuestra lucha, desposeyéndonos, manipulando y reprimiendo cualquier movimiento que no comulgue con el feminismo «oficial», sancionando a compañeras que practicamos la acción directa, que no nos plegamos a lo que nos impone el Estado y que no entendemos este día sin un feminismo anticapitalista y de clase.

Poco tiene que ver este feminismo «oficial» con la emancipación real de la mujer. Este feminismo burgués excluye a toda organización con objetivos de lucha basados en el asamblearismo, apoyo mutuo, la autogestión y la acción directa, criminalizándonos por ello. Podemos ver que la gran mayoría de los actos organizados por diferentes colectivos, sindicatos del Estado e instituciones para este día, están más relacionados con el 25 N que con lo que representa el 8 de Marzo; talleres sobre la violencia de Género, el amor tóxico, romántico o la forma terapéutica del «cuídate tú», para adaptarnos «lo más felices posibles» al propio sistema que nos oprime y reprime, pero olvida cualquier lucha de clase, ya que deben ver más favorable a sus intereses para con las élites dichos actos, porque ya sabéis que es más «molesto» y da menos «amigas» el organizar piquetes y señalar a empresarios acosadores o empresas explotadoras, muchas de ellas dirigidas por mujeres, que luego participan en las concentraciones y manifestaciones por «nuestros» derechos pero ellas mismas nos explotan. Esa es la diferencia entre el Feminismo Institucional y el feminismo de clase.

Estamos hartas de ver como aquellas que hablan de que nos invisibilizan como poetas, pintoras y escritoras, al mismo tiempo invisibiliza al resto de mujeres, a todas las compañeras que han estado y estamos en lucha contra la dominación de ideologías autoritarias, que somos críticas con la estructura del sistema, aquellas que son explotadas en todos los ámbitos de la vida, ya que con los años y cediendo, como buenas mujeres que somos, vamos desistiendo de ese propio espacio luchado.

¿Día de La Mujer trabajadora? No, que todas lo somos, mejor día de la Mujer….
LAS ANARCOFEMINISTAS NOS NEGAMOS, no luchamos las obreras, ni por las mismas necesidades y derechos, ni con la misma inmunidad que las mujeres burguesas. Con todo ello han ido desposeyéndonos de cualquier lucha de clase, aquella que lucha contra el proceso de adoctrinamiento que nos intenta imponer ese feminismo institucional, desde un lugar de privilegio, que habla de victorias (siempre que seas burguesa, blanca y a poder ser joven o parecerlo), olvidándose de la mitad del planeta, que nos dice que luchemos contra el techo de cristal, mientras se olvidan de las Mujeres que están fregando «sus suelos». Ya se ha demostrado que la mujer ha podido ocupar espacios de poder, convirtiéndolo en una lucha individual, jamás colectiva, que poco puede hacer por la clase oprimida, que no llega a final de mes por más horas de vida que sacrifique en trabajo. Existen tanto jefes como jefas explotadoras.

El Feminismo «oficial» se ha introducido en el movimiento 8 M, nos habla de apoyar a mujeres que puedan ser parte del Estado y tener cargos de poder, y como bien decía Emma Goldman «si votar sirviese de algo sería ilegal», esto nosotras lo tenemos claro, pero aquí es donde «para su lucha» que habla de pequeñas victorias, como que se pueden crear leyes a favor de la mujer, leyes como la de conciliación, escasa de tiempo y recursos, o ley contra la Brecha Salarial, que te asegura el mismo salario que tu compañero, pero lo que ocurre es que se va igualando a la baja, porque así es como funciona el capitalismo.

Además de que la gran mayoría de compañeras después de una larga y mal pagada jornada laboral, llegarán a su espacio privado a seguir trabajando sin remuneración alguna, pues esa doble jornada es el rol social que nos ha marcado su propio sistema capitalista y patriarcal, no valorizando y sin plantearse el reparto equitativo del trabajo que se encarga del cuidado de la vida, que a éste sistema le viene muy bien para tener futura mano obrera de bajo coste y de la que se desentiende, relegándonos como meras proveedoras de fuerza de trabajo.

De poco sirve la lucha feminista sin lucha de clase contra la jerarquización, explotación y autoridad. El 8 M lo han convertido en la representación más «sublime» del capitalismo, apropiándose poco a poco del discurso, lo hemos podido ver como por ejemplo con «mi cuerpo es mío y decido yo», que comenzó como movimiento sobre los derechos reproductivos y ha derivado en replantearnos el poder comercializar nuestro propio cuerpo, capitalizándolo y cosificándolo, una nueva oportunidad para que el Estado siga legislando sobre él en beneficio del capital. El 8 M institucionalizado con un discurso conciliador que cierra la puerta a toda Acción directa, que «nos deja la calle» siempre que salgamos a ella con globos y batukadas, para «celebrar muy pacíficamente» que el 8 M es la fiesta de las Mujeres, y que olvida que para el feminismo de clase ha conllevado represión, opresión, encarcelación y muerte de compañeras en su puesto de trabajo por unas condiciones dignas y derechos, de ahí la CONMEMORACIÓN DEL DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA.

Tenemos tanto que decir, tanto que repensar y tanto por lo que luchar, que Compañeras, no nos queda otra que un ANARCOFEMISNISMO fuerte en nuestra afiliación, la única formulación de lucha feminista que no nos lleve a callejones sin salida, como se está viendo que vive el 8 M y su institucionalización, una lucha que parece que el único objetivo es dejarnos sin memoria de todo lo luchado.

SALUD Y ANARCOFEMINISMO

El Patriarcado mata. El Capitalismo remata.

El día 8 de Marzo se celebra el día de la mujer trabajadora, un día histórico que reivindica la lucha de las mujeres trabajadoras en favor de la igualdad y la justicia social, algo que es tan importante reivindicar hoy como lo fue hace ya más de 150 años, cuando las mujeres trabajadoras de las fábricas textiles de Nueva York organizaban huelgas reivindicando subidas salariales y eran represaliadas por la policía. En Cataluña, durante las primeras décadas del siglo XX, la precarización de la industria textil sacó a las obreras a la calle. O como las trabajadoras de las fábricas de fósforos, en Londres, que luchaban contra jornadas interminables de trabajo, éstas y muchas más, son luchas que se han extendido y han continuado hasta nuestros días, momento en que la explotación de la mujer continua a la orden del día.

Actualmente siguen siendo muchas las asignaturas pendientes para que la mitad del género humano deje de estar en situación de vulnerabilidad frente a la otra mitad, y donde mejor se ve reflejada esa desigualdad es en el mundo del trabajo. Las empresas son un reflejo de la sociedad patriarcal, menosprecian a las mujeres y eso se evidencia en la discriminación que sufren tanto en el acceso a la promoción como en salario. Durante el pasado año, la brecha salarial entre hombres y mujeres fue del 9,4% en España, y en el conjunto de la Unión Europea las mujeres cobran un 13% menos por hora trabajada que los hombres, lo que equivale aproximadamente a un mes y medio de salario al año. Lo mismo ocurre con las posibilidades de encontrar empleo: en el último trimestre de 2022 aumentó la cifra de paradas en España, situándose la tasa de paro entre las mujeres en un 4% superior a la de los hombres, y en el caso de las mujeres trans, alcanzando la inaceptable cifra del 80%

Otro problema al que se enfrentan las mujeres en el trabajo es el del acoso sexual. Da igual que venga de un jefe, compañero de trabajo o un cliente. Todo esto trae consigo tanto problemas psicológicos como un clima laboral en el que la víctima se ve forzada o bien a ceder a costa de su propia salud o bien a abandonar su trabajo, con la consiguiente repercusión en su vida laboral, económica y social.
Entre las mujeres de clase trabajadora no hay muchas más opciones. O te sometes a un mercado laboral al que no le importan ni tus derechos ni tu dignidad, o te quedas sin poder pagar facturas. Hay que conciliar la vida entre un trabajo que te explota y te desprecia, y un tiempo que no tienes, pero que te obliga a estar siempre disponible para las necesidades de quienes te rodean, con lo cual, las jornadas son dobles, las de dentro y las de fuera de casa. En los cuidados hay una responsabilidad que mayoritariamente recae siempre en las mujeres. Esta es una realidad que repercute directamente en los problemas que hemos señalado anteriormente: incapacitan a las mujeres para salir al mercado laboral y le impiden el acceso a una buena formación que les permita acceder a un mejor puesto de trabajo bien remunerado. Es un círculo vicioso del que solo podemos salir rompiendo con este modelo de sociedad patriarcal y capitalista que promueve las clases sociales y el injusto reparto de la riqueza. Por esa razón es importante desarrollar un discurso que rompa con las desigualdades de género, pero también con las desigualdades de clase social.

Desde el feminismo burgués se reivindica una igualdad que permita a mujeres alcanzar el mismo nivel y estatus social que los hombres que manejan el poder, dirigir empresas y ponerse al frente de las instituciones que el Estado utiliza para reprimir y someter a la mayoría de la población. Somos trabajadoras y pobres y desde el anarcofeminismo no buscamos equipararnos a los hombres en el ejercicio del poder, ni pretendemos dirigir las empresas del modelo productivo capitalista, ni vestir uniformes con los que reprimir, castigar y encerrar a aquellas personas que quedan fuera de los márgenes de la ley. No queremos tener nada que ver con el Estado porque son sus instituciones las que nos han estado sometiendo desde hace centenares de años. Este 2023 volvemos a reivindicar el 8M como Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Rechazamos todos aquellos discursos esgrimidos desde sindicatos, partidos políticos y otras organizaciones, que bajo la falacia de la “pluralidad” ocultan el adjetivo “trabajadora” y homenajean con paternalismo a las mujeres por ser mujeres. De este modo, dichos voceros del poder eliminan el componente de clase social de esta jornada reivindicativa tan importante que, precisamente, se origina a raíz de las luchas de mujeres de clase obrera. He ahí la estrategia burguesa: no nombrar los episodios históricos los vuelve transparentes, como si jamás hubieran existido, entre la desmemoria y el revisionismo. Contra el olvido de nuestras referentes, las que nos antecedieron en la lucha, nosotras alzamos nuestra voz. Mujeres trabajadoras, mujeres en lucha.

Es delirante reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres y no cuestionarse las evidentes diferencias sociales y económicas que existen entre una empresaria y sus trabajadoras, entre exitosas mujeres de negocios y sus empleadas domésticas, entre las que tienen la oportunidad de acceder a puestos de trabajo que les permitan alcanzar un buen nivel de vida y las que acaban en garras de la precariedad, con trabajos en el campo o en la hostelería, o directamente excluidas y criminalizadas como mujeres trans o las mujeres racializadas. No queremos igualdad de oportunidades para competir con los hombres en su podrido y obsoleto sistema patriarcal capitalista, simplemente queremos destruirlo para poder construir un modelo basado en la igualdad, la justicia social y en un justo reparto del trabajo y la riqueza.

Comunicado de la CAS: Sobre la ILP para la Recuperación del Sistema Nacional de Salud

Nunca dudes de que un pequeño grupo de ciudadanos reflexivos y comprometidos puede cambiar el mundo. De hecho, es lo único que lo ha hecho.

Margaret Mead.

Queremos agradecer a todos aquellos colectivos y personas que, con todas las condiciones y los medios en contra, han colaborado desinteresadamente durante todo este año en la difusión y en sacar adelante la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la Recuperación del Sistema Nacional de Salud (SNS). Militantes de sindicatos alternativos como CGT, CNT, ESK-País Vasco, CSI-Asturias, Autonomía Obrera-Andalucía, Somos Sindicalistas; Centros Sociales o alternativos como la Escuela Popular de la Prospe; activistas del movimiento pensionista y Coespe o Yayoflautas; asambleas feministas; asociaciones en defensa de lo público como ATTAC o la Plataforma en Defensa del Canal de Isabel II; asociaciones vecinales y un largo etc. han dedicado su tiempo y sus fuerzas para explicar por todo el Estado que es posible garantizar una sanidad de calidad y universal, siempre que se tomen las medidas que proponíamos en la ILP.

También tenemos que agradecer el apoyo de todas las personas anónimas y colectivos, que han apoyado económicamente la primera y la segunda campaña, dado que en CAS, al contrario de muchas asociaciones que dicen defender la sanidad pública, no aceptamos subvenciones ni del Estado, ni de empresas privadas, única forma de ser autónomos y mantener nuestra independencia.

Desde CAS concebimos la ILP como un instrumento para estar en las calles en estos momentos de brutal desmovilización, y poder denunciar la desastrosa situación del sistema sanitario en todo el Estado. Dado que los políticos no aciertan a proponer medidas que acaben con la agonía del SNS, nos hemos visto obligados a plantear propuestas de solución. Solo tenía sentido poner en marcha la ILP en esta legislatura, en la que gobierna la coalición de partidos (PSOE y Unidas Podemos) que mientras estaban en la oposición prometían derogar las leyes que permiten destruir la sanidad.

Durante estos meses se han realizado decenas de charlas y presentaciones por toda la geografía, lo que nos ha permitido cumplir con nuestro primer objetivo: contactar con el mayor numero de colectivos y personas, que han sabido entender cuáles son las causas, y quiénes son los responsables del proceso de privatización, deterioro, y desmantelamiento del sistema sanitario. Esto nos permite sumar apoyos a la lucha contra la destrucción del sistema sanitario, lucha que cada día es más necesaria, y con la que vamos a continuar.

A pesar de todo el trabajo realizado, y contando con las restricciones derivadas de la pandemia de Covid, no ha sido posible reunir las 500.000 firmas que las instituciones estatales, no olvidemos herederas del franquismo, exigen para que la población pueda plantear propuestas en el Congreso. También somos conscientes de que si hubiéramos conseguido las 500.000 firmas, el Congreso hubiera votado en contra de nuestras propuestas. Sobre todo, porque las medidas que planteábamos, desde crear un sistema público de farmacia, a prohibir el saqueo del SNS por las empresas privadas, o garantizar la atención sanitaria de las mayores de las residencias desde el sector público, son medidas de interés general, pero que colisionan con los intereses económicos de las grandes corporaciones, de las cuales, los políticos son meros apéndices.

Lejos queda el 28 de abril de 2020, en plena primera ola, cuando centenares de pacientes fallecían sin asistencia sanitaria, con los centros sanitarios colapsados por las políticas de desmantelamiento que llevaban en marcha años, cuando con todo el país confinado, el presidente del Gobierno compareció anunciando que vista la situación, “probablemente habría que blindar la sanidad en la Constitución”. A tres años vista, las probabilidades eran inexistentes, y lo que sí se ha producido es un hundimiento aún mayor del sistema sanitario, y un maltrato aún mayor de los profesionales, aquellos a los que nos incitaban a aplaudir a las ocho de la tarde. Por tanto, no podemos esperar nada de las instituciones. La historia demuestra que las conquistas sociales no caen del cielo, solo la lucha en la calle ha logrado avances en ese sentido. Es una pena que la gran manifestación por la Sanidad de Madrid nos haya pillado ya sin la ILP, pero es un placer pensar que hemos ayudado a llegar hasta aquí. Porque estamos seguros que la lucha es el único camino.

Imagenes del 8M

A las cero horas de hoy, 8 de marzo de 2018, ha dado comienzo la primera huelga general feminista en el estado español, convocada por la CNT y otros sindicatos de clase para denunciar las desigualdades que aún persisten entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida, agrupadas en cuatro ejes: laboral, cuidados, consumo y estudiantil.

Los sindicatos de CNT han organizado piquetes informativos en sus localidades que han comenzado entonces su actividad, al objeto de informar a trabajadoras y trabajadores del derecho que les asiste a no acudir al trabajo en apoyo de las reivindicaciones del movimiento feminista en este día.

La CNT ya hizo público ayer que la mayoría de las negociaciones de servicios mínimos de cara a la huelga han finalizado sin acuerdo, al haber sido considerados excesivos por los sindicatos y un intento de las administraciones de minimizar la visibilidad y los efectos de la huelga. Por esta razón la CNT se encuentra vigilante ante cualquier anomalía en relación al cumplimiento de los servicios mínimos decretados por la autoridad laboral.

Los piquetes informativos continúan su labor hasta confluir en los distintos actos reivindicativos convocados y finalmente en manifestaciones de la tarde. Desde CNT esperamos que la jornada de huelga se desarrolle sin incidentes y que las empresas no obstaculicen el derecho a la huelga de trabajadoras y trabajadores, como ha ocurrido en anteriores paros. Los servicios jurídicos del sindicato estarán atentos a cualquier actuación empresarial que vulnere el derecho a la huelga o que intente obstaculizar la actuación de los piquetes informativos.

Anoche, la policía impidió el acceso al centro de trabajo al comité de huelga en el 112 de Valladolid y, por tanto, la comprobación de que todo estaba discurriendo con normalidad. En este sentido, animamos a todas las personas a poner en comunicación de los sindicatos y denunciar cualquier actividad tendente a impedir el ejercicio del derecho de huelga, tanto en las empresas como en la enseñanza.

La CNT llama a todas las trabajadoras y trabajadores a secundar la huelga feminista, para continuar luchando contra el capitalismo y el patriarcado en todos los ámbitos y a todos los niveles. Porque mujeres y hombres tenemos que oponernos a la explotación en todas sus formas, como única manera de acercarnos a otros cuidados, a otra sexualidad y a otra economía en las que no tenga cabida este sistema heteropatriarcal injusto, caduco y agonizante que padecemos.

Documental recomendable sobre el colectivo «Mujeres Libres»

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